¿Quién dijo que son tristes las playas del invierno? No, eso no es cierto, es un disparate. ¿Quién dijo que la lluvia sobre el mar es un pleonasmo? No, de eso nada, ni pensarlo. ¿Quién dijo que ensucian la playa los restos de un naufragio? No, nunca: invitan a pensar qué tempestad los trajo hasta aquí y qué historias se ahogaron con ellos. Lo que es triste, lo que cansa, lo que ensucia, son las mareas humanas del verano que entierran los tesoros que serán descubiertos en invierno: el rumor de las olas, el frío de la brisa en los oídos, el crujido de la arena mojada bajo los pies del que huyó de las sombrillas y camina ahora refugiado bajo un paraguas.
Old Institute (Gijón), Jueves 27 de noviembre de 2008
THE WINTER BEACHES
Who said that winter beaches are sad? No, that’s not true, that’s rubbish. Who said that the rain over the sea is a pleonasm? No, no way, not at all. Who said that a shipwreck’s remains get the beach dirty? No, never: they entice you to think what storm brought them here and what stories drowned with them. What is sad, what is tiring, what dirties, are the summer’s human tides that bury the treasures that will be found in the winter: the murmur of the waves, the feeling of cold breeze in your ears, the wet sand, crunching under the feet of the one who fled from the parasols and is walking now, sheltered under an umbrella.
Old Institute (